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VISITANDO
A HORACIO COPPOLA |
Por
Lucía Merle |
La
cita fué el sabado 29 de Julio, 12.30 en su departamento
de la calle Esmeralda. El 31 de Julio Horacio cumple 100 años.
Coppola
se levantó temprano para recibirnos, es que a él
le gusta dormir hasta tarde. “Siempre se acostaba muy tarde”,
nos cuenta su hijastro Carlos; ya sea porque se quedaba trabajando
con sus fotos o porque se juntaba con amigos.
Entramos
al departamento y lo primero que ví fué un perchero
con sus sombreros colgados. Nos atiende en su sillón que
esta en el living. Miro el lugar: hay un piano grande, un escritorio,
una televisión, las paredes estan cubiertas de bibliotecas.
El techo todavía esta atravezado por unos alambres que,
según él, los utilizaba para colgar telones y hacer
sus fotografías. Detrás de su sillón un gran
armario blanco guarda todo su archivo fotográfico y sus
cámaras: desde su última Leica hasta su primera
cámara filmadora con la que realizó el documental
de la construcción del obelisco.
Empezamos
a mirar sus libros y él nos interrumpe para decirnos que
recuerda cada una de las fotografías que tomó. Le
pregunté si esperaba el “momento preciso” para
fotografiar y me respondió: “A veces, las cosas estan
ahí, otras hay que esperarlas. Sólo hay que saber
mirar”.
Seguimos
mirando sus fotos, sus contactos minuciosamente ordenados en unas
carpetas. Me sorprende que a sus cien años, Horacio tiene
una vista perfecta, ve cada detalle y no necesita anteojos ni
siquiera para leer.
Me
contó que le gustaba caminar por la ciudad: “yo nunca
fuí un hombre de café, me gustaba la calle, siempre
fuí un miron”. Me habló de sus caminatas por
la Av. Corrientes hasta Chacarita, muchas veces acompañado
por su amigo Borges.
Horacio no habla mucho, le gusta observarnos; sobre todo esta
pendiente de mi camara y de las fotos que le voy tomando. Cada
tanto se detiene en alguna fotografia y recuerda la fecha en la
que fué tomada.
En
un momento de la entrevista le pregunto si prefiere hacerse las
fotos en el sillón en el que se encontraba sentado. Y me
dijo muy seriamente que no, que yo decidia dónde hacerle
la foto. Asi que nos levantamos y fuimos hasta la ventana que
estaba cubierta por una cortina blanca. Hice varias tomas y de
pronto; él agarró la cortina, la corrio y dejó
entrar la luz perfecta para fotografiarlo mejor.
La
entrevista esta terminando, antes de finalizarla le pregunto si
le queda algo por fotografiar de la ciudad, y me contesta que
no, que ya fotografió todo lo que le sorprendia de Buenos
Aires.
Nota:
más fotos de Coppola en http://www.flickr.com/photos/danielmerle/sets
Dirección original de la entrevista: http://fotodoc.multiply.com/journal/item/12
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