Festival internacional de performances de Odense, Dinamarca
10 – 14 septiembre
2003

Una prueba de paciencia

Texto: Hans T Sternudd
Foto. Helge Meyer


Franz Gerald Krumpl: Life Lines #2

(El texto en español es una adaptación resumida de la versión en sueco)

Durante los cinco días que duró el cuarto festival de performaces en Odense ofreció un amplio espectro de artistas internacionales y más de 40 presentaciones, muestras de cine y conferencias mostrando una serie de ejemplos de lo que hoy se califica arte performático. El festival, que desde su partida en 1997 ha sido organizado y curado por Else Jespersen, es una fantástica posibilidad de hacer contactos e intercambiar ideas con artistas, investigadores y críticos interesados en el arte performático.

Los integrantes del grupo de artista que dominó el festival tenía como denominador común el ser o haber sido alumnos de Marina Abramovich, tal vez la estrella más brillante del firmamento del arte performático de nuestro tiempo. Al igual que los trabajos de la artista, los del grupo tenían el sello de la tenacidad y la perseverancia . Tres horas duraron las presentaciones de Ivan Civic, Nezaket Ekici, Franz Gerald Krumpl och Dorte Strehlow, llamada performance-instalaciones por los organizadores.


Nezaket Ekici: I had a Dream…

La obra Life Lines #2 de Krumpl consistió en que durante ocho horas se fue moviendo lentamente en un círculo dividido en ocho segmentos hechos de pigmenos de distintos colores. Cada color correspondía a una hora de movimiento. Con enorme precisión Krumpl terminó su obra en el tiempo estipulado, a pesar de que durante las ocho horas no miró el reloj sino que tenía la vista fija en los pies. El efecto hipnótico que Life Lines #2 tenía también caracterizó la obra Queen Bee de Strehlow en la cual la artista estaba acostada en una camilla de madera mientras que de un frasco de vidrio colgado caía lentamente miel en su boca abierta. Los pocos movimientos que se podían percibir era la miel que corría por sus mejillas alcanzando la camilla y cayendo sobre el piso, así como el tórax que lentamente subía y bajaba en concordancia con el movimiento que producía la miel en su boca (como si respirara a través del espeso líquido). Strehlow escribió en el programa:

The biggest provocation today is silence.
Silence makes space.
Space for thoughts, interpretations, reactions.
This sensible “occurrence” is a kind of interhumanity, which is seldom today
and for which I am longing.
The aim of my work: Levitation.(La mayor provocación hoy día es el silencio.
El silecio hace espacio.
Espacio para pensamientos, interpretaciones, reacciones.
Esta sensible “ocurrencia” en un tipo de interhumanidad, que es escasa hoy día
Y por la cual tengo nostalgia
El objetivo de mi trabajo: Levitación)


Dorte Strechlow
:


Queen Bee

En la obra de Strehlow había una dimensión mágica que está en la línea de muchas de las obras de Abramovich de los últimos 20 años. Aquí también debe haber jugado un papel importante la enseñanza que impartía en sus talleres llamados Cleaning the House. Cuando Abramovich después de sus investigaciones de los límites del cuerpo en los años 80 buscó nuevos desafíos dirigió su mirada hacia los aborigines de Australia y los monjes del Tibet. Entre ellos estudió los aspectos espirituales de su existencia. Metódicamente Abramovich ha ido construyendo sobre las experiencias de esos viajes. Sus ejercicios tratan con frecuencia de realizar deteminadas acciones durante largo tiempo. Los participantes, que se ha preparado con semanas de abstinencia de alimentos y sexo, se enfrentan a la tarea de escribir su nombre durante una hora o son dejados en un bosque con los ojos tapados con la tarea de encontrarlos. Estas tareas imposibles ponen exigencias de concentración especiales a los participantes, lo que se refleja en la energía y presencia que caracterizó las obras de Krumpl y Strehlow.

Jessica Buege: Breakdown

Una acción más extrovertida era I had a Dream… de Nezkel Ekici en la que la artista hacía de cortadora de pasto humana. Su acción consistió en que durante tres horas cortó 15 metros de césped con sus dientes. Durante la presentación el local se transformó en un húmedo Hades con olor a pasto logrado con un trabajo de Sisyfos. Durante las primeras horas Ekici hizo recordar a la iracunda pequeña My en el libro sobre Mumindalen de Tove Jansson, pero a medida que transcurría la acción ésta se fue haciendo cada vez más lastimosa, la energía decaía y uno sentía gran compasión por la atormentada artista. A pesar de la absurda comicidad de I had a Dream… es la tragedia y la tristeza lo que queda en la memoria.


Nezaket Ekici: I had a Dream…
Hacia el final, estas largas presentaciones que se estaban llevando a cabo simultáneamente cambiaron de carácter. El escaso público que se quedó hasta el final pudo experimental un momento de magia pura. A estas alturas el público y el ambiente del local se habían contagiado con el ritmo de los artistas (todas las conversaciones eran murmullos y los movimientos en la sala eran lentos, cuidadosos). Se creó un estado tan especial que nadie se hubiera sorprendido si Strehlow hubiera logrado su objetivo de flotar libremente en el aire.


Jaime McMurry: gatuaktion Mountainview
* Hans T Sternudd es artista performático y crítico de arte