Infinita proximidad (el miedo a que la luna pueda existir) es una videoinstalación interactiva. Está organizada como la sucesión de dos espacios consecutivos. En el primero hay ocho monitores colocados azarosamente en el piso con la pantalla hacia arriba. En ellos se reproducen cíclicamente una serie de seis videos ordenados de distinta manera para cada monitor (fig. 1). Cada video tiene la misma estructura, un primer plano de una persona mirando a la cámara (fig. 2). Este primer plano ocupa prácticamente todo el tiempo del video, hasta que en un momento el zoom se abre dejando ver el contexto (fig. 3) y se cierra nuevamente volviendo al primer plano inicial. El contexto es sumamente violento. Las imágenes han sido tomadas de medios de prensa, y son escenas de guerra. Un sutil efecto de ondulacin impide determinar si son imágenes congeladas o si tienen movimiento. A modo de interferencia, sobre estas imágenes aparece un texto que describe el proceso de contagio de un virus (fig. 4) con frases breves como las siguientes: el virus llega al cuerpo, se distribuye por la sangre, el contagio es inminente, etc. En el segundo espacio hay una pantalla empotrada a la altura de los ojos en una superficie blanca. La pantalla permanece en blanco, mientras se escucha una voz que le pide al espectador que se acerque y la toque. Al colocarse el espectador frente a la pantalla se activa un dispositivo que proyecta sobre el espectador una imagen endoscpica de un torrente sanguíneo, de tal forma que su sombra cae aproximadamente sobre la pantalla. Al tocar la pantalla aparece un primer plano de una persona (yo) similar a los del primer espacio, que le habla al espectador (Fig. 5). Esta imagen permanece mientras el espectador toca la pantalla, al dejar de hacerlo, vuelve a blanco. El texto es el siguiente: se que voy a morir, mi sangre brilla. Puedo verte, tu rostro no es una imagen. Me estás tocando? Acércate, crees que hará frío esta noche? Alguna vez tu sombra te pidi abrigo?. Al finalizar vuelve a blanco. El recorrido está pautado de la siguiente manera: entrada, primer espacio, segundo espacio, primer espacio, salida. Esta videoinstalación fue realizada con un subsidio de la Fundacin Antorchas, en colaboración con The McArthur Foundation y The Rockefeller Foundation en junio de1997.
Epifanías electrónicas
Escribir es producir la ausencia del libro
M. Blanchot
No existe un corazn del problema, sólo una distribución de puntos relevantes
G. Deleuze
El otro. El virus. La violencia. El contacto. El rostro. La mirada. La imagen. La distancia. El espesor del tiempo y del espacio. El cuerpo. Puntos relevantes de una distribución: Infinita proximidad (el miedo a que la luna pueda existir) (I.P.).
Por una estética de la decepción
Entregarse a la exterioridad.
El espacio piensa. Acaso puede significar algo este enunciado? No sería, quizás, el espacio como pensamiento? No. Corramos el riesgo: el espacio piensa.
Pensar es devenir. El deviene, y él es el cruce de devenires nmades.
Más que espacio, espacialidad, es decir coeficiente de extensin. Extensin como funcin de la multiplicidad de devenires.
Terreno atravesado por múltiples intensidades. Apertura por la cual el lugar deja de ser lugar: rasgos sin identidad, experiencia inactual.
La relación lugar-no-lugar* no nos conviene, porque lo que está en juego no es la identidad (del espacio, del tiempo, del signo, del sentido, etc.). Por el contrario la identidad es el dato inmediato que poseemos, es lo que sabemos de tal o cual cosa.
Se trata de eludir la identidad para entrar en relación con el idéntico (con su diferencia), de recorrerlo, de someterse a las líneas de fuerza que lo atraviesan y lo descentran, experimentar sus intensidades: esto slo es posible en un meta-lugar.
Más allá del lugar, o si se prefiere en un más acá (lugar masivo), donde la identidad diferida es repetida por un doble (indocumentado).
- Repetir una distribución. La repetición como hipóstasis.
- Seguir la serie de las hipóstasis. Tales son las relaciones en una estética de la decepción.
* Sin embargo el concepto de no-lugar, en el caso particular de esta videoinstalación, será utilizado como figura retrica puesto que es parte de lo que podríamos llamar el tema de la misma. De aquí en más, al referirme a él lo haré en ese sentido.
Entrar en la relación
Hipóstasis A
Lo real es lo exterior. Exterioridad indiferente. Afuera absoluto. Mundo descarnado. La realidad es una visin. Una vista de lo real, desde Un punto de vista.
Una vista de lo real. El mundo como una red de múltiples conexiones, en donde la velocidad de propagacin de las ondas electromagnéticas ha abolido las distancias en pos de una inmediatez audiovisual (aunque lo inmediato es aquello que más eficazmente ha sido mediatizado). El mundo se ofrece menos como un campo geográfico, que como un campo visual. Las tecnologías de la teleacción deslocalizan el acontecimiento, ofreciendo una teleubicuidad en tiempo real. Tal es el mito, tal es el relevo del espacio público por la imagen pública. Pero aunque este mito no es capaz de intervenir en todos los rdenes de la experiencia social, tiende hacia la deslocalizacin de lo lejano, lo extranjero, lo otro, del Otro, ofreciendo una imagen del mundo, como algo por donde se está en constante tránsito: el mundo como un no-lugar. IP. Invierte este sentido: el no-lugar como un estado de cosas y no como una imagen del mundo.
Hipóstasis B
Mirar cara a cara el rostro del Otro. El rostro es más que la cara, es cualquier indicio en el Otro que lo muestra en tanto Yo, es siempre primera persona. El Yo se constituye en una lógica del espejo: el estadio del espejo. Una lógica de la reflexin. Con esta lógica se configura la línea que distingue el Mismo del Otro. Pero lo que el espejo refleja es el punto de vista del que mira. Los medios eletrnicos imponen otra lógica, una lógica de la refraccin, la del estadio del video. En él el punto de vista ya no es ni del Mismo ni del Otro, es un tercer punto de vista, el del artefacto, que ya no refleja la imagen del otro sino la refracta. Y si seguimos el camino inverso? En donde está la mirada del Otro en la que el Mismo pueda reconocerse? Si esto es cierto hasta donde avanza, en la nocin de sujeto, este estadio del video? IP. repite esta lógica, la del estadio del video.
Hipóstasis C
Una lógica de la interferencia es la que determina la relación entre el virus y la enfermedad. Un virus es un fragmento de informacin genética que interfiere sobre la informacin genética de la célula, convirtiendo lo propio en extrao. Conversin de lo propio en extrao por medio de lo otro en lo mismo. El proceso por el cual el virus llega al cuerpo se denomina transmisin. Transmisin, informacin, interferencia. Se trata de una metáfora paranoica? De cualquier manera este es un primer momento en el recorrido. IP. trata de repetir lo que podríamos llamar una emisin paranoica, una configuracin paranoica.
Hipóstasis D
Tocar, la distancia. Pensar en el Otro fuera de la relación dialéctica de el Mismo y el Otro es pensar en el Otro sin someterlo a la totalidad que exige esa relación. Implica entonces el advenimiento de lo infinito (Emmanuel Levinas). Y esta presencia de lo infinito significa que el Otro es slo una actualizacin, sujeta a su propio devenir, de ese infinito virtual. Sin embargo ese infinito es atravesable. Frente al infinito, la inmediatez, es decir la velocidad absoluta. Pero no ya la velocidad absoluta de las ondas electromagnéticas (inmediatez de los medios) sino la presencia absoluta del cuerpo: el mensaje es el cuerpo. El cuerpo que mira, el cuerpo que habla, el que toca, el que escucha. El contacto es el peligro y la salvacin. Metáfora mística? Paranoia hacia la técnica? Repeticin.
Hipóstasis F
El espacio piensa. Piensa, siente, percibe. Humanizacin de la exterioridad? Todo lo contrario. Espacializacin del pensamiento, devenir tiempoespacio de los afectos y los perceptos. Exterioridad, no exteriorizacin. No proyeccin, repetición. Piensa el espacio, piensa la distribución, piensan los dispositivos. La pregunta es entonces qué aparece en eso? y no yaa qué se parece eso? Apariencia: coeficiente o cualidad de aparecer de los seres. Por ejemplo la luna. La luna rbita. Pero con decir esto no nos alcanza (por lo menos no siempre). No es necesario ponerse uno mismo en rbita? Pero, es que debiéramos ser todos astronautas? Nuevamente todo lo contrario, y aún mucho más fácil: basta que uno mismo devenga luna. Pero una vez que se ha devenido en luna, se plantea otro problema: yo soy esa luna (La Luna) o soy otra? Ni una, ni otra; una repetición (aunque más no sea en una ínfima parte, o para repetir un concepto matemático, el Mismo como diferencial del Otro, un devenir derivada)
Repeticin del dispositivo metafísico interactivo. Un hipertexto controlado por una superficie sensible al tacto. Al tocarlo (contacto real) deviene en actual lo que existía, lo que existirá, como presencia virtual. Infinita proximidad.
Hipóstasis G
El Otro, el Mismo, exterioridad, devenir, ... Si es un lenguaje demasiado impersonal, es porque aún hablamos de una videoinstalación (antes del aliento), y no todavía de lo que en ella sucede (del habla del lugar). Para hablar de ello, son necesarias otras palabras, no palabras que la describan ni que la expliquen, sino que la repitan. Estas son mucho más simples; personas que mueren, personas que matan, lo tuyo, lo mío, la enfermedad, tu sombra....Intentemos una pequea repetición de esa videoinstalación en este texto. Es posible hacerlo, si no es con un habla poética? Tal vez sí, tal vez no. Sólo se me ocurre recurrir a Paul Auster: