Tanto
en sus objetos como en sus imágenes, la artista nos expone,
como público, a la meditación en torno al abandono,
la soledad, la identidad, la ausencia, la presencia, el estar
sin ser visto, el no querer ser visto, el recuerdo, el sexo
y también sobre lo expuesto de nues-tras vidas y el deseo
de no participar.
Nos
recibe con un Avestruz Humano , un signo que aquí tiene
doble fuerza ya que conocemos el significado del gesto del avestruz
y su representatividad en la simbología de la cultura
occidental, y ahora su cuerpo se hace humano. No queremos ver
y tampoco queremos ser vistos.
La
importancia del desarrollo del lenguaje en la interacción
entre la artista y sus interlocutores imaginarios y reales,
se deja ver claramente en El Bordado, en el cual el rostro de
la niña se puede distinguir sin dificultad a diferencia
del pixelado rostro de su madre, casi irreconocible tanto para
ella como para los espectadores.
Es
también el lenguaje de las imágenes representativas
de los distintos estados de ánimo por los que atravesamos
en diversas ocasiones, el que vemos reflejado en los cerebros/objetos
(Brains) que giran sobre sí mismos. Basta sólo
el contacto visual con cada cerebro, con cada material con el
que están construidos, para sentir el relato de las distintas
sensaciones.
La
presencia marginada de figuras oscurecidas en medio de situaciones
sociales de diversa índole y tomadas de fotografías
del álbum familiar (Sverige/Schweden), nos da la pauta
de lo que es estar en zonas indefinidas o sencillamente desarrai-gadas.
La elección entre el madurar y el permanecer niño,
entre el estar y el ausentarse, entre el enraizamiento y el
desarraigo, entre la aceptación y el rechazo, se hace
evidente ante los ojos del espectador.
Las
imágenes de Maria Miesenberger exigen tranquilidad, tiempo
y coraje de parte de sus visitantes y observadores, para poder
ser comprendidas desde las perspectivas de rana, de ser humano
y de pájaro. Todos estamos y no y la belleza existe en
la medida en que queremos verla.
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Bordado,
técnica mixta
64 x 58 cm.
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Shiny
Tail Brain 2001, técnica mixta 38 x 19 x 22 cm.
Moroccan Brain 2001, técnica mixta, 12 x 15 x 19
cm.
Virgin Shaky Brain 2001, técnica mixta, 15 x 22 x
25 cm.
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Miguel Gabard es trabajador de la cultura y escritor.
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