Heterogénesis - Revista de Artes Visuales - Enero 2003
Ximena Narea (texto y fotos)
Galería Valfisken, Simrishamn 11 enero - 15 febrero 2003

 

Durante 2003 la Galería de arte de Simrishamn trabajará con el concepto Limes, visto como una franja de encuentro de distintas expresiones artísticas y culturales (sobre el concepto Limes, véase Heterogénesis 20 y 41). En el marco de este tema, cada exposición desarrollará un área: Intromisión, Terrorismo Cultural, Transfusión, Puzzles y Mestizajes son algunas de ellas. Será un encuentro de artistas suecos y extranjeros, principalmente latinoamericanos y españoles.

Intromisión es la primera exposición de la serie y en ella participan Åsa Maria ( Malmö), Vicente Pastor (Avilés, Asturias) y Cuco Suárez (Oviedo, Asturias). Desde luego, Simrishamn no es un lugar completamente desconocido para Åsa Maria ya que forma parte de la cultura sueca. Cuco Suárez ha participado en varias exposiciones en Ekeby Qvarn, Uppsala, por lo que Suecia, como paisaje, no le es del todo extraño. El que nunca había pisado Suecia es Vicente Pastor; sin embargo, la situación geográfica de Simrishamn le recuerda su pueblo natal, Luarca. Mientras que la obra de Åsa María Bengtsson y la de Vicente Pastor se completan muy bien, dando a la exposición coherencia y dinamismo, la obra presentada por Suárez parece ser fragmentos de otras exposiciones que nada tienen que ver con el tema propuesto para la exposición en Simrishamn.

El submarino como signo de intromisión

La historia del submarino parte en 1879 con el Nautilus de Julio Verne. Desde el principio, el buque que navegaba bajo el agua fue un ente agresivo: parecía surgir de la nada para atacar naves tripuladas, y como ente desconocido parala civilización de su tiempo era conocido como un “monstruo”, es decir, un ser que no se puede comparar con los seres existentes (se asumía que era un ser vivo). Los submarinos entran en la historia en las dos guerras mundiales y dan un paso fundamental en su “desarrollo” en 1955 cuando Estados Unidos inaugura un submarino atómico, que bautiza como su precursor: Nautilus. El papel fundamental que ha tenido desde que empezó a navegar por los mares ha sido el de sorprender y atacar al “enemigo”. Gracias a su “invisibilidad” puede observar a la distancia lo que otros hacen para atacar cuando el otro menos espera. La cara pacífica en la historia del submarino es el Calypso, de Jeaques-Yves Cousteau, con el que realizó excursiones submarinas en aguas del Nilo. Amazonas y otras zonas marinas. El objetivo de las excursiones ha sido investigar la vida submarina y enseñar a proteger nuestras riquezas marinas. Sin embargo, el papel del submarino sigue siendo de intromisión en la vida de otras culturas, en este caso de culturas submarinas.


Burbuja

Irse al techo 1 - Foto: Åsa María Bengtsson

Irse al techo 2- Foto: Åsa María Bengtsson

Armario- Foto: Åsa María Bengtsson
Al entrar a la galería de arte Simrishamn vemos un submarino negro de 9 metros de largo y 1,50 mts de diámetro con la proa hacia adentro que ocupa gran parte del espacio. No vemos salir a nadie del puente, está quieto, la hélice no se mueve. De pronto, el enorme submarino empieza a moverse: lentamente empieza a ... desinflarse!! El puente va cayendo lentamente hacia un costado, pero nadie aparece. Después de unos minutos el submarino empieza nuevamente a retomar su forma original. El proceso de inflado y desinflado va acompañado de un sonido que recuerda la respiración dificultuosa de un enfermo. ¿Quién tripula este extraño submarino? Instalado en la casa de la cultura de Simrishamn parece un fantasma silente venido de otro lado que nos quiere hacer reflexionar, tal vez sobre nuestra reacción frente a la presencia del otro. Cuando salimos de la sorpresa y superamos el temor al ver ese enorme objeto desconocido en un lugar que “no le corresponde” nos acercamos poco a poco y lo tocamos: es suave, blando, inofensivo. No deja de respirar, pero nadie aparece. El submarino parece ser sólo la cáscara de alguien que vive dentro y de quien sólo percibimos su respiración.

Las imágenes alrededor del submarino alimentan nuestra imaginación en torno a la tripulación del submarino. En las paredes cercanas vemos imágenes con mucho humor que ponen a prueba nuestra percepción: un niño sostiene un mueble pesado sobre sus espaldas, un hombre es apretado contra el techo por un globo casi de su tamaño, una joven bajo el agua hace burbujas con la boca, un paraguas que parece esperar señales del mundo exterior. En otro lugar una proyección muestra la quema de una casa que flota en el agua en medio de la noche y siluetas que se alejan de la casa en llamas. ¿Serán estas siluetas las que tripularon el submarino que encalló en la galería Valfisken y que ahora nos observan desde adentro poniendo a prueba nuestra tolerancia hacia el otro, en principio desconocido?

Åsa Maria trabaja la imagen en distintas dimensiones físicas y temporales: la imagen bidimensional que captura apenas un instante de un hecho que se desarrolló en un espacio y tiempo determinado, la imagen en movimiento muestra la captura de una secuencia (ella nos muestra una de las secuencias posibles que pudo capturar con el vídeo) de un suceso ya ocurrido y la imagen tridimensional que exige la percepción en tiempo real del proceso que la hace ser lo que es.

Como conclusión puedo decir que el submarino, lejos de representar un peligro parece un ente tierno que espera ser incorporado al repertorio visual (y cultural) del espectador.

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