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Imágenes:
XIMENA NAREA
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En Simrishamn, a orillas del mar Báltico, Vicente Pastor construyó siete chozas con ramas: una grande en el medio y tres menores a cada lado. La playa estaba cubierta de nieve y hacía frío, quizá 10 grados bajo cero. Desde detrás de las cabinas de la playa, apareció Vicente vestido de overall blanco, lentes blancos y una mascarilla blanca. En una de sus manos portaba un bastón. Con pasos largos y ceremoniosos se acercó a la choza mayor e hizo un saludo con el bastón. Su gesto despertó asociaciones con el prestidigitador que con su bastón nos traslada a un mundo mágico. El sencillo refugio se convirtió en el templo donde Dios esculpió al hombre de barro. Vicente modeló seis figuras que fue colocando ordenadamente en cada una de las pequeñas chozas. La séptima figura fue un pez que colocó sobre una mesa en la entrada del templo. Luego desapareció en dirección al lugar de donde había aparecido durante unos segundos para retornar con una gran antorcha y prender fuego a las siete chozas. Solamente quedaron algunos restos de las chozas y las figuras de arcilla semiquemadas. La performance está impregnada de ritualismo y una especie de magia donde el artista traslada al observador a otra dimensión de tiempo y espacio. Cuando la acción comienza, nada es lo que es: cada movimiento, sonido, color, aroma o cosa es un signo de otra cosa. En un acto semiótico, el observador alcanza el significado de lo que ve, escucha, siente o huele. El
ambiente de la acción de Vicente era una playa. Allí había
tocado tierra y había construido los siete refugios en un territorio
para él desconocido. La elección de la cifra siete no era
casual; es un número sagrado en muchas culturas. La Biblia tiene
varias alusiones al número siete, la primera es: Dios creó
la tierra en seis días y el séptimo descansó. En
el centro de ese pequeño pueblo se encontraba el templo donde Dios/Vicente
modelaba al ser humano de barro. Habitó cada refugio con una figura
de barro para que se reprodujera y cuidara la tierra. La última
figura, el pez, la colocó sobre la pequeña mesa en la cual
había estado trabajando. ¿Porqué el pez tiene un
rol tan importante en la acción? Se podría decir que hay
varias razones. La primera es que Simrishamn es un antiguo pueblo de pescadores
y también lo es Luarca, al norte de España, de donde procede
Vicente. El pescado ha sido siempre un importante alimento para el ser
humano y es también un símbolo de buena suerte en las culturas
mediterráneas. Vicente/Dios terminó su acción prendiéndole fuego a los refugios: el Espíritu Santo se hizo presente en la casa del nuevo ser para darles vida. Pero el fuego quita vida también, y lo hizo en la playa. Las figuras fueron fragmentadas y destruidas. El esqueleto negro de los refugios quedó parado como una sombra de cultura humana contrastando con la blancura, la limpieza y la inocencia de la nieve en la playa. (Traducción: Miguel Gabard) |
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| 2. Hans Sternudd | ||||
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Galicia en el noroeste de España se preparaba el viernes para lo peor cuando ya otra catástrofe de petróleo parecía inevitable. Una franja gigante de petróleo conteniendo 11 000 toneladas de petróleo se acercaba inconteniblemente hacia la región donde el petróleo del barco de tanque Prestige ya había contaminado 50 millas de las playas. La Coruña, España TT-DPA 2002-11-29 |
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| Un
par de meses después pasa un viento helado cortante del norte y hace
que un grupo de unas 70 personas que se han juntado en la playa en Simrishamn
se acurruquen y tomen más de la sopa caliente de baya de arándanos
azules que se está sirviendo. El invierno mantiene todavía
una mano firme en el paisaje y el mar, aunque se ha prometido mitigación.
En la playa siete chozas están alineadas, una grande en la mitad
flanqueada por tres más pequeñas a cada lado.
El
tema para Tierra de Nadie, una acción del artista español
Vicente Pastor (1958), es el petróleo crudo que embadurnó
la costa Galicia envenenando el mar el otoño pasado. Pastor viene
de Asturias y su acción y exposición en la galería
Valfisken en Simrishamn se desarrollan a la sombre de la catástrofe
ambiental que afectó la region vecina. En la instalación
Demasiado crudo de la galería abunda el color negro como el petróleo
y en la playa Pastor trabaja vestido con el mismo traje de protección
que llevan puesto los voluntarios que luchan contra el tiempo para salvar
a las aves marítimas agonizantes y lo que se pueda de la costa
destruida. En la choza grande, Pastor fabrica sencillas figuras humanas
en arcilla que luego coloca en las chozas pequeñas. Para la choza
grande modela un pez, o tal vez una ballena. Luego enciende las hogueras
pequeñas y la grande. Sin embargo, el viento fuerte hace que el
fuego no termine de consumir las chozas quedando sobre la playa los restos
ennegrecidos como esqueletos. |
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| ¿Se
encendieron los fuegos como advertencia para nuevas catástrofes o
se trataba de quemar las figuras de arcilla?. Las posibilidades de interpretación
son muchas y el contenido de la acción es un poco escurridizo. Tierra
de nadie se basa en signos visuales sencillos y fuertes; el fuego que alumina,
crea y consume, el hombre creado de arcilla (del polvo vienes), el pez grande
y el anónimo traje de protección. La solidaridad con los que
luchan por su medio ambiente en España y un mensaje de advertencia
de que esto también puede ocurrir en esta costa sueca: se trata del
mismo mar, son interpretaciones posibles. ¿Pero cuáles son
las pequeñas figuras que se queman y se crean en el fuego? ¿Es
la próxima generación que defenderan las playas contra la
amenaza del crudo en el mar?
Pastor lleva a cabo su acción en forma concisa y sin ademanes exagerados, a veces un poco de prisa (que puede que tenga que ver con el tiempo frío). Pese a que Tierra de nadie parece contener una simbología bastante sencilla con signos fuertemente convencionales, la acción es poco clara y tratar de entender el mensaje del artista entorpeció la vivencia de la acción, visualmente hermosa.
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| Heterogénesis
Revista de artes visuales * Tidskrift för visuell konst e-mail: heterogenesis@heterogenesis.com
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