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Desde
1941, la isla puertorriqueña de Vieques, fue usada como campo de
tiro y entrenamiento militar por la Marina de Guerra de Estados Unidos.
Transcurieron más de sesenta años de continuos bombardeos
y prácticas militares que han dejado como secuela terrenos contaminados,
una alta incidencia de cáncer y un denigrante subdesarrollo en
todos los niveles entre la población. Eso, además de las
constantes violaciones a las mujeres, refriegas, atropellos y abusos a
los civiles cuando la soldadesca se emborrachaba. La población
de Vieques fue reubicada en medio de los dos extremos de la
isla, áreas donde la Marina practicó con todo tipo de municiones:
bombas de alto calibre, napalm, químicos como el agente naranja
(usado para defoliar las selvas de Vietnam) experimentos con gas mostaza,
gas sarín y balas revestidas de uranio. Además rentaban
los terrenos a otras instituciones militares como el Pentágono
y a ejércitos de países latinoamericanos y europeos en prácticas
de contra-insurgencia y anti-guerrilla.
Desde
Vieques salió la invasión a República Dominicana
en 1965. En Vieques entrenaron los marines que pelearon
en Vietnam. También desde allí salió la invasión
a Grenada y Panamá en los ochenta, las tropas para el Golfo Pérsico
en 1991 y los porta-aviones que bombardearon Yugoslavia en 1999. Todo
un historial de muerte y destrucción que culminó con las
útimas maniobras que precedieron a la movilización de
los destacamentos militares estadounidenses hacia Irak.
En
la madrugada del 28 de agosto de 2000, un grupo de artistas plásticos y
de teatro: Artistas por la paz, penetramos los terrenos
restringidos de la Marina, en una acción de desobediencia civil
que denominamos Creo en Vieques. Creo de creer y creo de
crear. Fuimos arrestados y sometidos a juicio, donde expusimos ante
el Tribunal y a la opinión pública, nuestras intenciones
de reivindicación social, ecológica y estética
del paisaje viequense 1. Pese a que la condena impuesta
fue por el tiempo cumplido de nuestra detención de 13 horas -contrario
a otros casos similares, en que se extinguieron penas de hasta seis
meses de cárcel- esta acción perseguía claramente
cuestionar los límites existentes entre una obra de arte tradicional
y una acción política de claros matices humanistas.
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Notas
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