El llamado Butoh Hans T Sternudd* |
En el programa de Los días de la danza 01de Malmoe se anunciaba una que combina la tradicional Opera de Pekín con el Butoh japonés. El joven bailarín Daniel Yeung de Hong Kong, presentó la obra Danza Exhibicionista - Un Paraíso para el Cuerpo Natural donde se exhibe esta peculiar combinación. Después que el bailarín nace prácticamente de una rasgadura del telón sigue una hora de espectáculo, muchas veces humorístico y pleno de ocurrencias. Se sueceden distintas secuencias y la danza al vivo es reforzada a menudo o transcurre paralelamente a una proyección previamente filmada.
Es en la combinación con este video que la exhibición de Yeung alcanza sus mejores momentos. El punto máximo del espectáculo es una danza facial filmada, donde toda la coreografía es realizada por la musculatura del rostro. Durante un par de secuencias Yeung ejecuta un «pas de deux» con una filmación de sí mismo. Sin ser un ejemplo de técnica innovadora esos pasajes se desarrollan en un juego entre lo vivo y el mundo virtual. Cuando la proyección de Yeung y el Yeung viviente ocupan el mismo lugar, los bordes mutuos coinciden, entonces surge una inseguridad de qué es real y qué es proyección. La interpretación de esas danzas emparejadas tiende desgra-ciadamente a convertirse a veces en trivialidades demasiado evidentes. En una secuencia el Yeung del telón danza al «excitante» toque de una trompeta, mientras el Yeung viviente ejecuta pasos de ballet clásico con la música correspondiente. Como una sombra Jungiana el Yeung de la pantalla se convierte en una representación de los impulsos primitivos (acompañado por tambores africanos) al contrario del super-yo, controlado y refinado (acompañado por música occidental, blanca y clásica). El tema del sujeto inseguro y en disolución retorna incluso en pasajes donde el cuerpo del bailarín parece deshacerse en sus componentes cuando distintas partes del cuerpo se desprenden.
La representación de Yeung no es para puritanos del estilo, allí se mezclan movimientos del ballet clásico, la danza del jazz, aerobic, mímica, teatro de sombras, entre otros. Como a menudo sucede cuando un bailarín realiza sus propios solos sin ayuda de un coreógrafo que contemple la obra ajustándola, la Danza Exhibicionista resulta una mezcla de demasiados estilos y originalidades. Con gran energía, que en sí es imponente, el bailarín se abalanza desde lo uno a lo otro. De esta manera el espectáculo se hace cansador, puesto que pierde dirección y concentración. Las referencias al Butoh son difíciles de descubrir, como cuando en lo que se supone convertiría la obra en Butoh. Si se produjo cierta inseguridad en Malmoe sobre la presencia de la expresión Butoh no cupo la menor duda sobre la referencia estilística del embajador por excelencia del mundo Butoh, el grupo Sankai Juku, y su espectáculo Hibiki, resonance from far away (1998) (Resonancia desde lejos) que se presentó en la Casa de la Danza en Estocolmo. Ushio Amagutsu que dirigió el grupo desde su fundación en 1975 ha durante el paso de los años desarrollado su propia versión de Butoh (que se diferencia de muchas maneras del que ha sido presentado en números anteriores de Heterogénesis, 28 y 33). Muy lejos del Butoh original con sus cuerpos desformados, mutilados y grotescos la danza en Sankai Juku es tranquila, desolada y vacía. La entonación estética del grupo en representaciones anteriores donde los bailarines a menudo colgaban de cuerdas atados de pies y manos desde distintas construcciones, dejó al mundo estupefacto. La combinación de la práctica peligrosa y los cuerpos desnudos pintados de blanco; espantoso y prodigiosamente hermoso al mismo tiempo, causó tan gran impresión que Sankai Juku se convirtió en el grupo de danza japonés con más éxito.
Mucha de esta estética permanece en el Hibiki de Amagutsu. Durante una secuencia están los bailarines en torno de un gran lente, sobre el cual gotea un líquido rojo desde un recipiente en el techo. Los trajes son vestidos blancos con un cordón del mismo color del líquido que gotea. Una escena mágica, cual un símbolo de la ensagrentada víctima de un ritual. Aparte de este punto culminante el espectáculo es una producción insuficiente, da la impresión de que Amagutsu está perdiendo el control o marcha en el vacío. Aparecen algunas referencias a la tradición de la danza occidental pero resultan triviales. Hibiki desemboca en una especie de mensaje new age pastoso, con música renegada y sobretonos pretensiosos. Esto es lo más alejado que se puede llegar de la materialidad sucia y negativa que la danza originaria de los antepasados del Butoh, Hijikata y Ono, tenían. Que no existe un gran escenario para el Butoh en Suecia resulta evidente cuando uno lee las reseñas líricas tras el espectáculo. Se habla de una representación cósmica, la danza es un «milagro», según el crítico del diario vespertino Aftonbladet. Para poder juzgar una forma de expresión tan especial como la que exige el Butoh lo obvio es enterarse de sus bases y tener la posibilidad de ver muchos espectáculos, un conocimiento que escasea fuera de Japón.
El proyecto más reciente de SU-EN Headlees (Descabezado) muestra que es posible combinar creativamente una expresión occidental con el Butoh japonés. Desnudo, sin maquillaje, con sólo canzoncillos y la cabeza vendada con un chal negro, yace en la escena. Cuando el cuerpo comienza a moverse parece que tuviera vida propia. La ausencia de la cabeza le da a la obra una connotación brutal, queda sólo la carne viva, un organismo que brutalmente se precipita por la escena. Probablemente tendré la oportunidad de volver a Headless en un número posterior, pero ahora ya se puede constatar que el camino escogido por SU-EN conduce posiblemente a un alejamiento de la tranformación pura del Butoh, hacia una nueva y muy personal manifestación que saca su inspiración del arteacción. Por ahora queda afuera el coqueteo humorístico con el folclore sueco. Es en tales cambios donde está posiblemente el futuro del Butoh en occidente, un futuro que exige desarrollo y cambio de la manifestación sin que se pierda lo esencial.
Traducción del sueco: Rubén Aguilera
*Hans T Sternudd es artista performático e historiador y crítico de arte
Presentaciones tratadas en este artículo:
*Daniel Yeung Dance Exhibitionist - a Paradise for Natural Body (1999) Dansdagar 01
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