El aeropuerto como metáfora de la globalización



Martin Schibli*



Thomas Hirschhorn dice trabajar con las capacidades humanas con una búsqueda de implicación política. Quiere, él, luchar contra la injusticia, el racismo y el «fascismo burgués». Esto implica que debe haber un cuestionamiento a la economía. Entre sus obras, una de las más conocidas es Flugplatz Welt (expuesta entre otros lugares en Aperto, bienal de Venecia de 1999). De una hoja informativa, en realidad una parte de la obra, se advierte que Hirschhorn quiere que la relación entre capitalismo, globalización y otros fenómenos universales sea percibida. El aeropuerto puede ser visto como un representante de una cultura global o común (o eventualmente carencia de ella) ya que los aeropuertos se asemejan en un buen número de aspectos. Hoy por hoy se puede adquirir la misma mercancía en Kastrup, Heathrow o en Singapur. Con frecuencia las diferencias entre aeropuerto y aeropuerto son de «más» o «menos». A primera vista, de Flugplatz Welt se advierte un cuarto de cerca de 7 x 12 x 6 metros en un revoltijo de cartones, madera, papel aluminio, plástico transparente, tubos de neón, recortes de periódicos, plástico, monitores de video, bolsos etc. Visto más de cerca, el espectador se encuentra en un cuarto sin jerarquías claras. A lo largo de la línea central se encuentra un podio alargado en donde están ubicados una cantidad de modelos de aviones de pasajeros (Boeing 767, DC 10, Airbus). Los aviones se ven a la espera del permiso para la salida del vuelo y los emblemas muestran que éstos pertenecen a empresas de aviación de todo el mundo: Swissair, Lufthansa y El Al. Al lado del podio se encuentra una torre de control. En los muros exteriores laterales hay objetos como por ejemplo un zapato Nike agrandado o un tenedor (igualmente con la forma voluminosa de los de plástico, envueltos en plástico como la comida plastificada entregada durante el vuelo - previsto para la torta o el trozo aquel agelatinado). En uno de los lados del podio se ve un número de sillas de plástico anarajandas - que recuerdan una desesperante sala de espera de un terminal lejano de los años 70. Si el espectador se sienta, puede mirar hacia el podio con los aviones a la espera del despegue, como en cualquier aeropuerto. Al lado derecho de los asientos hay monitores que muestran imágenes del avión en despegue y aterrizaje. A lo largo de los laterales hay gran cantidad de paneles. En uno de ellos se ven eventuales destinaciones, como por ejemplo Sydney o Zürich. En otro de los paneles hay pegados recortes de diarios, imágenes y textos. Los recortes de periódicos son noticias de accidentes de aviación, normas aeroportuarias y encuentros entre jefes de Estado, o hacen referencia a guerras en el mundo, como la de Bosnia, Vietnam y la Guerra del Golfo, u otras menos «visibles» como el terrorismo. En muchos recortes hay anotaciones. En un rincón hay cuatro «altares» que tocan distintos temas. La mayoría de los objetos de la instalación están en una forma u otra interrelacionados, por ejemplo con papel de aluminio retorcido. Un número de los elementos formales están plastificados en azul brillante. Lo que aglutina la obra es una construcción en madera visualizada.

¿Qué es significativo de un aeropuerto? Si se piensa que un aeropuerto es algo que unifica (igual como un nodo en una red de comunicaciones) ¿qué es lo que éste junta?1 El aeropuerto puede ser visto como un lugar de encuentro, una posibilidad para juntar dimensiones diferentes en tiempo y espacio. Con la ayuda de este medio de transporte (aeroplano) personas (y objetos) ubicadas entre nodos (aeropuertos) pueden reunirse en corto tiempo, a pesar de estar separadas por grandes distancias. Luego, se puede decir que los aeropuertos son una condición para la comunicación significativa para un mundo globalizado y su economía, lo cual implica que la importancia de las distancias geográficas disminuye, y que el mundo existe en un tiempo global real. Los aeropuertos como tales viven ya en un «tiempo universalizado» -en el sentido que la dimensión temporal entre aeropuertos debe ser sincronizadada entre aquellos. El aeropuerto es un nodo importante en una gran red de comunicaciones, donde la distancia hasta el aeropuerto es la misma que la distancia al mundo. A la vez, el aeropuerto es aquello que queda, que está allí, luego de la desaparición de los pasajeros.

Un aeropuerto se identifica con aviones que transportan gente y objetos entre lugares diferentes (nodos) como por ejemplo Hong Kong, Londres y Nueva York. En esta forma se sustenta la estructura económica para un capitalismo global dado que la tecnología le provée con comunicaciones rápidas. Los aviones se asemejan entre sí (en principio, hoy existen sólo dos fabricantes de aviones para pasajeros), pero se diferencian a través del emblema (marca registrada) que nos informa, a qué compañía éste pertenece y que a su vez está relacionado con un Estado nacional. Una compañía propia de aviación aún significa una forma de orgullo nacional, como lo son la British Airways y la Air France. En la obra de Hirschhorn se pueden ver los aviones de pasajeros como representantes del Estado nacional. Un avión (el Estado) es igual a otro. Por fuera existe alguna variación, pero la estructura es la misma y todos forman parte de una red de comunicaciones (un mundo). A lo mejor Hirschhorn quiere mostrarnos cómo el Estado nacional es cada vez más una ilusión en un mundo global, donde los Estados están ligados entre sí a través de procesos diferentes, al tiempo que éstos son disueltos por otros.

La economía global, se puede decir, tiene su propia cultura, o más bien, símbolos culturales son devorados por los procesos de globalización. Esto implica al mismo tiempo la creación de un sistema de referencia común, sin un lugar geográfico, histórico o cultural real. Aquí el budismo se junta con un zapato Nike sin orden de jerarquía. También los artículos periodísticos del hirviente noticioso pierden su anclaje; su contenido es mondado, quedando sólo la superficie a la vista. Esto se puede ver a la luz de que antigüamente los viajeros, la emisión de noticias y el comercio tenían entre sí una relación simbiótica.2

La interrelación que Hirschhorn hace entre economía, tecnología y cultura en Flugplatz Welt aparece también formalmente, puesto que la mayoría de los elementos en una forma u otra están encadenados. Las hojas de papel de aluminio retorcidas y plastificadas son otro elemento significativo que une formalmente la obra. Las trenzas de aluminio conforman una red que puede ser comparada con las líneas que se ven en el cielo cuando los aviones hacen su ruta. A menudo se cruzan estas líneas formando una malla, una red en el cielo, que ilustra visualmente el mundo globalizado y sus interrelaciones. Pero también esta malla desaparece luego de un tiempo cuando es absorbida por la atmósfera.

Hirschhorn dice querer tratar la «condición humana» pero a pesar de esto no encuentro individuo alguno en su obra. Podría ser que su obra muestra cómo los mecanismos del capitalismo implican, con ayuda de la cada vez más acelerada tecnología, que el individuo no tiene posibilidad de sostener el paso. A lo mejor, termina con la desaparición del individuo de este mundo, o como lo expresa Virilio: «La velocidad del transporte no hace más que reforzar la ausencia»3, y continúa:

El rápido desarrollo tecnológico llevaría en esta forma a la desaparición de la conciencia, si con conciencia se quiere decir la inmediata captación de fenómenos que nos dan conocimiento de nuestra propia existencia.4

Introduciendo el sujeto en la jerarquía de la velocidad (alta y baja) y desestabilizando el momento, se anulan los puntos de orientación, que son sólo fenómenos dependientes de las circunstancias; la variedad de velocidades, de todas formas, también anula la vivencia de la permanencia general del movimiento continuado.5

Virilio dice que a la velocidad que hoy se viaja, sacamos del medio el contexto espacial y temporal al sujeto.6 Lo circundante aparece cada vez más como un siseo visual. El individuo no tiene tiempo para definirse a sí mismo. Una serie de consecuencias se dan a renglón seguido. La sensación de falta de anclaje en la realidad, llamada desarraigo, puede venir como consecuencia. Virilio mismo apunta hacia la desaparición de la cultura burguesa.7

¿Por qué ha utilizado Hirschhorn un aeropuerto en su obra artística? Un aeropuerto atrae y fascina, lo que significa que a menudo es utilizado como foro para variadas metas y objetivos. Puede tratarse de propaganda como símbolo de progreso o donde jefes de Estado reciben y estrechan mano a «potentados» invitados oficiales, todo para tener algo que mostrar a los de los medios de comunicación. Terroristas como el grupo de Abu Nidal utilizaban tambien los aeropuertos, como cuando el atentado de navidad del 85 en un «incheking» del El Al del aeropuerto internacional de Viena. El aeropuerto internacional es uno de los primeros objetivos estratégicos sobre el que se intenta tener control en una invasión y en tomas de poder nacionales. Hirschhorn hace uso tambien de aeropuertos como un foro para su mensaje -lo mismo que los jefes de estado, terroristas y las agencias publicitarias.

Hirschhorn no ofrece respuestas a nuestros cuestionamientos. Por el contrario quiere que nos sintamos involucrados en el mundo y ponernos a dilucidar. Apertura al entendimiento de nuevos conocimientos puede tener un punto de partida en algo sobre lo cual nos preocupemos. Aún si queremos ilustrar a quienes nos rodean, a menudo sólo tenemos la información que no es presentada, comprometida con alguna ideología. Hirschhorn quiere ponernos a pensar, de otra forma no habrá cambio alguno significativo. Hirschhorn dice: «Trato de conectar cosas que yo mismo no entiendo».8 Igual que Neo (representado por Keanu Reeves), el salvador y terrorista en la película The Matrix, es la misma pregunta la que impulsa a Hirschhorn: ¿De qué forma está todo conectado? Es una búsqueda constante de algo que no sabe realmente qué puede ser. Una roedora sensación de que en alguna forma existe una relación entre las cosas; pero somos prisioneros de la información que nos es facilitada. ¿Es la respuesta un sistema de ordenadores como en la película The Matrix9, o alguna otra cosa? Y si es que existe una respuesta, ¿quisieran todos saberla (la verdad)? A lo mejor estaríamos de acuerdo con Cypher (interpretado por Joe Pantaliano) en el mencionado film, de que «la ignorancia es una bendición» y desear haber tomado la pastilla azul. Hirschhorn trata de entender aquello que nosotros no podemos entender. Nos muestra el portal, pero es asunto nuestro abrirlo...


* Martin Schibli es historiador y crítico de arte
martin.schibli@telia.com

Traducción del sueco: Jorge Angel


Notas
1 Ver Manuel Castells (1996), The Information Age; Economy, Society and Culture, Vol. I-III, Oxford: Blackwell Publishers, 1998.
2 Ver Jürgen Habermas (1962): Borgerlig Offentlighet. Arkiv, Lund 1998, s. 17f.
3 Paul Virilio (1989): Försvinnandets Estetik. Bokförlaget Korpen, Gotemburgo, 1996), s.76.
4 Ibid, s.116.
5 Ibid, s.117.
6 Ibid, s.113.
7 Ibid, s.113.
8 Pascaline Cuvalier: Artforum, Mayo 1998.
9 The Matrix, escrita y dirigida por Wachowski Brothers, Warner Brothers 1998.





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