CONCLUSIÓN
Después
de este paseo por Chapultepec es posible afirmar que este Bosque
sorprende, cautiva, atrae y despierta un amor apasionado en todos
aquellos que llegan con una pregunta y salen con mil más
y dos mil respuestas: por la pasión que despierta en quienes
permanecen cerca de sus instalaciones, su historia, su concepto
o simplemente le mantienen como un grato recuerdo.
Entender
Chapultepec es una manera de conjuntar más de tres mil años
de presencia humana en la Cuenca del Valle de México. Este
lugar ha contribuido con su riqueza a hacer la antigua Ciudad de
los Palacios lo que actualmente es. Y sin él, un hueco importante
en el corazón mestizo que nos da vida, quedaría inerte.
Chapultepec
es una muestra de la evolución social que tiene no sólo
la ciudad de México, sino el país entero y que lucha
por sobrevivir de la adversidad en la que los visitantes mismos
la someten constantemente.
Las
imágenes que Chapultepec forma domingo a domingo se hacen
tradicionales una tras otra, porque este bosque es tradición
misma y todo lo que en éste lugar suceda será parte
de la historia nacional en siglos ulteriores.
Chapultepec
obviamente es parte de México, pero su importancia es tal
que México forma parte de este centro; porque es imposible
concebir el comportamiento de un capitalino sin describir un paseo
en lancha por el lago o un día de campo sobre pasto ralo
y como menú sándwiches de jamón y queso amarillo
que se pegan en las encías.
Es
imposible hablar de la cultura de nuestro país sin tomar
en cuenta los intentos fallidos que han hecho los mexicanos por
rescatar su bosque, su lugar de recreo. Es como querer curar una
hemorragia con sangrías. Sin embargo el mexicano se sigue
empeñando y basado en intentos fallidos y buenas intenciones
crea, descubre y revive.
Y redescubre una riqueza que siempre ha estado allí para
él y entonces valora. Y cuando valora destruye de nuevo para
volver a definir. Esto es Chapultepec para el mexicano.
Es
así que el presente trabajo es una contribución más
para dejar testimonio de que alguna vez aquí se aglutinaba
la riqueza simbólica que los mexicanos han construido desde
que arribaron al lago entre las montañas.
En
cuanto lo que representa el presente trabajo para la investigación
periodística, es preciso afirmar que durante la investigación
y redacción de este texto no fue hallado un documento que
compendiara la importancia histórico-cultural de Chapultepec
junto a la información de interés y actualidad para
la sociedad mexicana, como todo aquello que implicó Revive
Chapultepec.
Además
se muestra un mosaico de opiniones sobre las diferentes implicaciones
que tiene este centro para los mexicanos; tanto funcionarios y trabajadores
que dependen de su subsistencia, como los visitantes que cada ocho
días disfrutan de él.
Éste
es el resumen clínico: pese a un cuadro severo, lleno de
pequeños problemas agravados, el milenario Bosque fue sometido
durante casi todo el siglo XX a tratamientos temporales que no resultaron
satisfactorios. Por ello la emergencia apareció como una
circunstancia repentina para la opinión pública.
Durante
muchos años parecían normales las imágenes
de áreas verdes dañadas por la acción humana
con más basura que árboles sanos, con un espejo de
agua fangosa y plagas por doquier, sin control alguno para los visitantes
que abusaban de los recursos naturales que Chapultepec podía
brindarles.
Largo
tiempo el Bosque fue ese lugar incondicional que alimentaba el ánimo
de los capitalinos; que no pedía nada a cambio y que poco
a poco se debilitaba a pesar de la riqueza que ha sido descrita
en el presente texto.
Por
eso, inicialmente el diagnóstico era algo parecido al cáncer.
A esto se agregaba la falta de recursos para poder hacer algo en
su beneficio de manera inmediata. De primera mano parecía
insuficiente el simple esfuerzo de un grupo involucrado en su recuperación.
Sin
embargo poco a poco las cosas se fueron dando, quizá a la
manera tradicional del mexicano, haciendo milagros con los recursos
disponibles. Revive Chapultepec ha sido un proyecto llevado a cabo
con el corazón y la fortuna de todos los involucrados y los
resultados de esta primera etapa son alentadores pues la imagen
actual de este sitio ha cambiado.
Ahora,
el Bosque puede seguir brindando a los mexicanos la esperanza de
formar parte de su historia, ininterrumpida desde hace más
de 3 mil 200 años. Chapultepec es ahora más que nunca
un referente en la historia y la cultura de nuestro país
y retoma nuevos papeles que dan sentido de identidad a todos aquellos
compatriotas que alguna vez le han visitado o cuando menos le han
oído mencionar, por encontrarse lejos de él.
A casi
dos años de iniciado este proyecto, después de recavar
testimonios, buscar en documentos impresos y electrónicos,
llamar hasta el cansancio a las autoridades del Bosque en busca
de entrevistas, hacer reconocimientos del terreno y dar vueltas
en círculos kilométricos para encontrar algo más.
Después de revisar fotografías y desecharlas por la
presencia de dedos en ellas, es como llega a su fin un proyecto.
Los
datos eran contradictorios, el dinero siempre fue insuficiente y
los capitalinos mostraron su constante indiferencia. Un lugar distintivo
para todos fue abandonado entonces; para quedar en las manos de
unos pocos enamorados que a toda costa lucharon por conseguir los
objetivos trazados.
Entonces,
continuaron los problemas: las críticas, las investigaciones,
los cuestionamientos, los ejercicios penales y la difamación
hacia todos los participantes en las obras. Cada acción tenía
un efecto desfavorable, como el tiempo mismo del cierre; que hacía
opinar a la gente: “cuándo van a abrir, nada más
hay cascajo. Parece que no están haciendo nada.”
Y sin embargo la lucha continuó. Con avances lentos pero
constantes; con silencio, como dentro de una crisálida la
Primera Sección se convirtió dentro de su madurez
avanzada en un chapulín alado que busca de nuevo lucir su
belleza y conservar su importancia para hacer al mexicano un individuo
con las raíces firmes de un ahuehuete.
Así
es como nació un nuevo interés en la presente investigación:
el por qué un lugar que únicamente ha sido utilizado
para la explotación de sus recursos, se empeña en
sobrevivir para seguir sirviendo a aquellos que le han dañado.
Tan
sólo necesitaba de ayuda y con lo que recibió parece
haber recobrado las energías. Se revitalizó para vivir
un rato más, cuando quizá exija que los mexicanos
cumplan con todo aquello que han prometido hacer por él en
estos dos años.
Esto
porque el manejo mediático de este proyecto fue monumental.
Participó la televisión, medios impresos, radio y
otros más en los que se vertieron declaraciones sobre una
obra monumental. Una cirugía mayor encargada a un grupo de
expertos por parte del gobierno del DF.
Las conclusiones de esta investigación no pretenden de ninguna
manera defender completamente todas las acciones realizadas por
el gobierno capitalino en torno a este proyecto. Si bien se ha descrito
lo más ampliamente todo aquello que fue bien realizado y
destacado de Revive Chapultepec, aún quedan cosas pendientes,
como se pudo leer en el capítulo III. Por lo que no se puede
hablar de un trabajo terminado, aunque sí de un gran esfuerzo
con recursos limitados.
Sin embargo, a pesar de los posibles errores u omisiones que pudieron
suceder durante estas obras la imagen general del centro, su aspecto
físico y la imagen que proyectó al público
fue agradable, atractiva y hasta cierto punto convincente. Se convirtió
en un claro ejemplo de hacer mucho con poco.
Por
ello la necesidad de retomar toda esta información y enlazarla
a través de un reportaje documental, el cual, si bien es
demasiado extenso para publicación periódica, puede
ser fragmentado en pequeños trozos que conforman una totalidad
tan heterogénea como la que tiene Chapultepec.
Así
pues, procedemos a concluir este texto que pretendió dar
seguimiento periodístico dentro de un espacio geográfico
relevante por su importancia histórica y cultural y terminó
convirtiéndose en una oda a Chapultepec, nacida de los testimonios
de sus allegados.
Cada
una de las declaraciones aquí expuestas muestran el amor
y la identidad que ha despertado el Bosque en los mexicanos; y más
profundamente en quienes conviven o laboran cotidianamente en este
parque. Esa misma pasión obligó a ampliar los horizontes
de la investigación y formular más preguntas, pero
sobretodo a afirmar que Chapultepec es infinito.
Es
por ello que este reportaje describe, narra, informa, pero no intenta
juzgar porque cada elemento es digno de análisis profundo
por sí mismo y sería injusto omitir elementos que
nos lleven a entender que jamás podrá decirse todo
sobre la importancia del Bosque de Chapultepec para cualquier mexicano.
SIGUE |
|
|