De Tal Arte Tal Astilla
Variaciones artísticas sobre el bosque
De tal Arte tal Astilla
Konstnärliga variationer över skogen
JAIME LUIS MARTIN

FOTOS: JOSE FERRERO

CARLOS SUAREZ: Sin título, 2003
FERNANDO ALBA: Círculo de Otoño,2003
BERNARDO SANJURIO: Bajamar,2003

  1.-
Los primeros meses del año 2004 son tristes y grises, como si estuviesen hechos de acero o un material frío y cortante. Tampoco se han desprendido de los ojos las esquirlas de las imágenes de la guerra de Irak y ahora los tengo infectados de espanto. Y hasta los plataneros que contemplo, a diario, desde la ventana de mi casa parecen ensimismados en el invierno, negándose a entregarme el color que me traían cada primavera. Escribo estas líneas el ocho de abril, quiero dejar constancia de la fecha, porque detrás de cada número se esconde una historia, un aniversario, una muerte, un amor encontrado o estrangulado por la indolencia. Y porque la memoria se derrite como la mantequilla en el fuego. Tal vez logremos recordar, haciendo un esfuerzo, lo que ocurrió el ocho de abril de hace un año, pero nos resultará imposible relatar la historia de ese día hace una década.

Pero cerca de Malleza, el sábado pasado vi los primeros cerezos en flor. Me sorprendió la delicadeza de sus hojas blancas en contraste con el cielo azul y me enamoré de su hermosura y el perfume que desprendían, como le sucede a las abejas cuando, sin saberlo, inician un cortejo amoroso. La polinización es un acto de amor inconsciente, efímero, de encuentro y despedida definitiva. En otra flor olvidan la belleza que, unos instantes antes, les cautivó. Y continúa, con una sencillez imposible de alcanzar con las palabras, sólo comparable a la sinrazón de un beso, el ciclo natural de renovación.

Pero Greenpeace ha denunciado en numerosas ocasiones los ataques a una naturaleza explotada y agónica, una tragedia en muchos territorios. El capitalismo, que ha salpicado su historia de muerte y destrucción, ha asaltado los bosques del planeta y las grandes compañías operan arrasando ingentes extensiones de arbolado, buscando el beneficio más inmediato. Europa con la mayor parte de Bosque Primario destruido mantiene un mercado interno responsable directo de la explotación fo-restal destructiva e ilegal en países como Indonesia, Brasil y Camerún. Pero Raimundo Silva, líder de la Comunidad de Piquia en Amazonia, comentó, en alguna ocasión, que “Tengo como única herencia los bosques y el dolor de mi padre. Si el bosque se destruye sólo quedará el dolor”. Según Greenpeace el quince por ciento de la selva Amazónica ha sido destruida. Un área equivalente a la superficie de Francia se ha perdido. Y una parte importante de lo que queda está bajo amenaza. El grupo ecologista mantiene diferentes campañas contra la amenaza de los madereros intentando preservar los bosques primarios y la biodiversidad que contienen. “Escribe –propone la organización- a las empresas de construcción, de fabricación de muebles y grandes almacenes. Diles que no utilicen ni vendan madera procedente de la destrucción de los bosques primarios. Pídeles que usen madera y productos de madera certificados por el FSC (Consejo de Gestión Forestal)”. E insisten en que numerosos científicos creen que el mundo se está enfrentando a la mayor ola de extinción desde la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años. Se estima que cerca del 24 por ciento de mamíferos, el 12 por ciento de pájaros y casi el 14 por ciento de las plantas están en vías de extinción. La mayoría de estas extinciones será causada por la destrucción del hábitat; y la mayoría de estos hábitats se encuentran en Bosques Primarios.

En Asturias, desde aquella visita del barón de Devillier en 1862 que la definió como una de las provincias más selváticas de España, se han perdido cientos de hectáreas de bosque –tala, incendios, contaminación, penetración del hombre– y se han suplantado especies autóctonas por otras de crecimiento rápido y devastador como el eucalipto. El crecimiento sostenible que se debate en diferentes foros debe implicar un compromiso por parte de las administraciones y de los ciudadanos que evite en el futuro las calvas en el terreno que encontramos, por ejemplo, cerca de Nava, consecuencia de la permisividad con una maloliente papelera.

2.-
Pero ahora miro un calendario editado, por la Consejería de Agricultura del Gobierno del Principado de Asturias, con motivo de la aprobación del primer Plan Forestal. Se invitó a trece artistas asturianos a realizar otras tantas intervenciones de carácter efímero en los bosques del Principado, y estas imágenes han quedado plasmadas en el calendario del año 2003. Lo tengo ante mis ojos, sobre la mesa, no lo he querido colgar en la pared para no estrangular los días, pasar página, verme abocado a correr tras el pasado. Así lo recorro como si fuese un libro en el que se pudiesen escribir todas las historias, todas las vidas. La madrugada del 20 de marzo comenzó la guerra bombardeando Bagdad. El 5 de abril viajé a Malleza. Arte, naturaleza y el paso del tiempo se encuentran como la abeja con la flor del cerezo y ese tropiezo poliniza doce meses con doce nombres: Ignacio Bernardo, Vicente Pastor, María Jesús Rodríguez, Fernando Redruello, Elisa Torreira, Ramón Rodríguez, Pablo Maojo, Francisco Fresno, Carlos Suárez, Fernado Alba, Bernardo Sanjurjo y Ricardo Mojardín. José Ferrero fue el fotógrafo que registró los procesos.


El diálogo entre Arte y Naturaleza ha sido conflictivo y fructífero, si bien hasta el siglo XIX cualquier estética, desde Aristóteles a Kant defendía la superioridad de la naturaleza, el ideario de la imitación. Oscar Wilde rompe con los moldes establecidos y proclama que “La vida imita al arte mucho más que el arte imita a la vida”. Comienza la modernidad y el final de la representación. La naturaleza no puede entenderse como un escenario, algo externo, un espacio de contemplación, el ideal sagrado que plagiamos para establecer cánones de belleza. Muy al contrario interactuamos y nos relacionamos con lo natural, establecemos flujos de información y la ecología ha constatado nuestra dependencia de los diversos ecosistemas. Hoy percibimos que genética y cultura se abrazan en lo corpóreo y que cualquier escala de valores viene representada por la horizontalidad, caído el mito de lo humano a semejanza de lo divino, desde su misma vertical.

Los artistas asturianos que han participado en este proyecto han aceptado que sus reflexiones forman parte de la Naturaleza. No se entiende un pensamiento desligado de la biología. El azar nos ha configurado como una materia emocionada. Por eso las intervenciones en los bosques parecen guiadas por el Bosgosu de quien se dice controla y cuida la flora y fauna donde habita, y vive buscando a su bellísima e irresistible compañera cuyo nombre se ha perdido en la noche de las leyendas, porque no hay ya en Asturias “labios de poeta dignos de enaltecerla” como señaló Mario Roso de Luna. Escudriñando el mito, generando un discurso bidireccional, la mayoría de las propuestas se resuelven en un mestizaje entre el land-art y un paisajismo desenmarcado. Y aunque cualquier manipulación humana, aunque se disipe en lo efímero, produce rupturas, espantos visibles a grandes distancias, en esta ocasión los artistas han soplado sobre el bosque esperando que el viento les devuelva la respuesta. En la cámara fotográfica quedó guardado el acontecimiento, el misterio revelado que asoma entre los meses.

3.-
Si inicio un cuento con la frase “El primer día del año amaneció con nieve”, es posible que nadie siga leyendo. Pero se me ocurre otro comienzo. “En las primeras horas del mes de enero Ignacio Bernardo se adentró en el bosque”. Me pertenece este relato.