Overseas

María Gaete



Juan Castillo:
Todos ibamos a ser.
Instalación, 1999





Humberto Nilo:
Memoria, 1999





Hugo Marín:
Los Monges de Atahualpa, 1999





Elías Adasme:
Pan-American, 1997





Carlos Montes de Oca:
Instalación, 1999





Bruna Truffa & Rodrigo Cabezas:
La torre de Babel, 1999





Matilde Huidobro:
Ausencia, 1999





Ismael Frigerio:
La Trama, 1999

Al trasladar obras de arte desde su lugar de origen a otro diferente, hace muchas veces que este desplaza-miento influya al público a leer las obras en un contexto distinto al intencionado o deseado por su creador. Pero cuando este lugar no solo está en otro continente, sino además está muy vinculado con Chile debido a los acontecimientos políticos recientes, uno no puede evitar que la interacción del publico y la obra expuesta se lea con un contenido altamente político. Esto contrapone las intenciones de Ernesto Muñoz, curador de la muestra «Overseas» que se acaba de inaugurar en el MAC de Birmingham, Inglaterra.

El criterio de Muñoz al seleccionar los artistas de «Overseas», fue alejarse del arte «militante» y rupturante existente en Chile entre las decadas del 70 y 80 y traer artistas que aunque con trayectoria internacional, no habían mostrado en Inglaterra. Artista que no solamente fueran innovadores, trabajando dentro de un contexto nacional Chileno y Latino, sino que también ofrecieran nuevas propuestas con conceptos, enfoques y criterios convencionales "bordline". Dos de los artistas viven en el extranjero, Juan Castillo en Suecia y Elías Adasme en Puerto Rico, pero su trabajo contiene y refleja la preocupación de la tierra ausente. El resto ha vivido por largo tiempo en el extranjero, por razones políticas, pero ahora radicados nuevamente en Chile.

«Overseas» ofrece al expectador una variedad de obras con temas y significados polivalentes ofreciendo un lenguaje histórico, irónico, memorable, tecnológico y simbólico. Obras reflexivas, sugerentes y metafóricas que nos dan una completa vision del arte contemporáneo Chileno.

«Pan-americano» es la obra de Elías Adasme que aún vive en Puerto Rico. Tres cuadros que representan la misma cara indígena bajo símbolos modernos como pan, dinero y cruz, nos abren una lectura llena de paralelos de todo tipo con referencias a etnicidad, historia, política y sobre todo «poder». Los tres panes que están enfrente de la obra e instalados en el suelo, apoyados por un monton de tierra, es una referencia directa a «pan americano» y sus diferentes significados.

Juan Castillo uno de los artistas que prepararon su obra para ser mostrada en este espacio. «Todos ibamos a ser» del poema de Gabriela Mistral, nos da una visión críptica y enigmática del problema de identidad. Lo secreto, lo místico e incluso lo escondido que sugieren los sujetos anónimos con que trabaja, nos invita a reflexionar. Mezclando fotos familiares desechadas por sus dueños y fotos usadas por los medios de difusión contemporánea, crea un santuario a estas imágenes o «animitas», arregladas en forma simétrica que desafían los códigos sociales preestablecidos a través de la deconstrucción y fragmentación.

Ismael Frigerio vivió en Nueva York por 20 años. Su trabajo une estas dos culturas a través de una instalación de video de temática personal. Hace un paralelo entre el pasado y el futuro -sus padres el pasado y su hijo el futuro- su madre y su hijo como presente y el artista como catalítico de ambos. Familia con visión nostálgica junto al dramatismo de la relación revelan una indagación entre la vida y la muerte. Trabaja con el poema de Jorge Luis Borges «La Trama». Matilde Huidobro con su obra «ausencia» nos ofrece una simbología de imaginación vehemente en una tradición Kahlo. La serie de pinturas cuyo fondo es realizado con «té» contienen en el centro de cada una, partes del cuerpo (corazón, pie, mano) pintados en acrílico. El uso de colores neutrales, los transforma en íconos que veneran a lo desaparecido.

Hugo Marín con su escultura «Los monjes de Ayahuasca», figuras trabajadas en arcilla mezclada con otros materiales, es la única muestra de la exposición que se puede definir como obviamente latinoamericana según la idea preconcebida de los pueblos Europeos. Ayahuasca es una planta de poderes alucinógenos ingerida por los monjes en una ceremonia de connotación religiosa. Esta muestra crea e introduce toda una referencia a lo tabú mezclado con historia, religión y cultura. Un sincronismo entre «doble mirada»/ doble estándar, religión cotidiana / vida cotidiana (horóscopos, brujerías, mal de ojo).

Carlos Montes de Oca : Su intalación contiene fotocopias de antiguos manuales de primeros auxilio que al «titularlos» le da una dimensión sugerente abriendo múltiples lecturas. El uso de palabras representa su otra preocupación que es la poesía. La carpa que sirve de catalítico al conjunto, crea una prosa con manifestaciones insurgentes, con temas de saturación y de toques de claustrofobia. La instalación de Humberto Nilo es representante del interés de Nilo por el arte residuario de formato no tradicional. Su obra «Memoria» contenida de imágenes procesadas y manipuladas por tecnologías computacionales (photoshop), son presentadas con elementos reales sobrepuestos a la impresión. Igual que Montes de Oca, hace un juego de interpretación al agregarles a estas imágenes diferentes «títulos o nombres» y objetos. Este trabajo es una exhalación que tiene relación directa con su historia y raíces profundas.

Bruna Truffa y Rodrigo Cabezas muestran la obra «La torre de Babel» haciendo un paralelo entre poder y cultura. Utilizando la torre como un símbolo universal de esta relación, donde no solamente aparecen todas las instituciones representativas de poder, la iglesia encabezando la torre. Esto sugiere la importancia de esta institución en la historia de Chile y la preservación de la tradición que caracteriza al país hasta este momento- Chile es el único país en el mundo que no tiene ley de divorcio. En acuerdo con las normas actuales, Truffa y Cabezas fueron los creadores de la idea siendo esta realizada por otros artistas rompiendo así con el arte tradicional donde el artista es el pensador, creador y artífice de su obra.

Leo Vidal participa con su trabajo llamado «Tránsito» donde la cara de dos niños en primer plano de dos fotos anexadas, hacen una documentación de la vida contemporánea marginal, desenterrando sentimientos guardados de situaciones sociales cuestionadas y no resueltas. La palabra «happy» escrita en la polera del niño, irónicamente nos hace pensar en este nuevo poder adquisitivo de ropa de segunda mano, traída de Norteamérica, como un símbolo de saturación economica y cultural.


* María Gaete Gwynne es artista y profesora de arte
    






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